Inicios de una vocación religiosa
Próxima a la casa familiar en Villa Santa Rosa, se encontraba la capilla. Allí recibió la Primera Comunión, participó de celebraciones eucarísticas, novenas y acompañó a sus difuntos al cementerio colindante. Día a día fue madurando su vocación religiosa, que desde los primeros años anidó en su corazón.
Cuenta el historiador Efraín Bischoff que una tarde de primavera en 1849, el párroco José Gregorio Ardiles y un grupo de niños fueron a jugar al Río Suquía, y Brochero se quedó en la orilla. De repente, una creciente abrumadora los sorprende, todos corren para trepar a la orilla, pero hay uno que no logra salir. Brochero de rodillas, con los brazos abiertos en cruz y la cara hacia el cielo, realizó una plegaria. A los minutos, el muchacho fue auxiliado por el gaucho Sebastian. José Gabriel fue conciente que sólo por la intercesión divina pudo salvarse su compañero. Ese mismo atardecer, José Gabriel contempló, cómo un rayo iluminó extrañamente la cruz instalada sobre la capilla.
Un domingo de 1856, Brochero, después de ayudar al Padre Adolfo José Villafañe, en su tarea de enseñar la doctrina a los niños del lugar, le confesó a su madre y a su padre el deseo de estudiar para “ser como el Señor Cura”. Ante este deseo, su padre, Ignacio Brochero, conversó con el cura y decidió llevarlo al Seminario en Cordoba.
Años de formación
El 5 de marzo de 1856, Brochero ingresó con 16 años al Colegio Seminario Ntra. Sra. de Loreto en Córdoba Capital, donde estudió Teología. Paralelamente, obtuvo en 1869, el título de maestro en Filosofía en la Universidad de Córdoba (actual Universidad Nacional de Córdoba).
En su vida estudiantil, conoció a Miguel Juárez Celman (quien fuera luego gobernador de Córdoba y Presidente de la Nación), con el que mantuvo una amistad por toda la vida.
Terminada su formación académica fue nombrado, el 15 de marzo de 1869, Prefecto de Estudios de la Casa de Formación, ocupación que lo mantuvo en estrecho contacto con los alumnos, supervisando sus horas de estudio o dando conferencias.
Fue ayudante de tareas pastorales de la Catedral de Córdoba (obtuvo cuatro órdenes menores: Capellán, Subdiácono, Diácono y Presbítero) y desempeñó su ministerio sacerdotal durante la epidemia de cólera que desbastó a la ciudad, demostrando así su vocación cristiana para ayudar a los más humildes y enfermos.
A cargo del curato de San Alberto
El 18 de noviembre de 1869, el Obispo José Vicente Ramírez de Arellano, lo designó Cura y Vicario Interino del Curato de San Alberto, lugar de accidentada topografía, difícil acceso y abandono espiritual por la extensión del territorio. Brochero tenía 29 años. Partió a lomo de mula en una travesía por altas cumbres, difícil para un joven jinete inexperto.
El estado moral y la indigencia material de los habitantes de San Alberto fueron lamentables. El corazón apostólico de Brochero no se desanimó y desde ese momento dedicó su vida no sólo a evangelizar, sino a propender a un desarrollo educacional y económico de la zona.
Tarea pastoral
Se desempeñó los primeros años como Párroco de San Alberto. A través de donaciones que pidió a vecinos, en 1869 construyó la Iglesia de Villa San Pedro -cabecera del departamento-, donde brindó un lugar adecuado para el culto y organizó misiones populares.
En 1872 erigió la Iglesia de San Vicente y celebró la primera misa. En esta localidad Brochero recibió por parte de su amigo Don Basilio, el caballo “Macho malacara” al cual montó durante años. En ese lapso, construyó también la Capilla en el Pueblo de Las Rosas, que lamentablemente se destruyó por un rayo durante una tormenta.
Posteriormente se trasladó a Villa del Tránsito (localidad que hoy lleva su nombre: “Villa Cura Brochero”). Su primera acción fue llevar a grupos de hombres y mujeres a la Casa de Ejercicios en Córdoba. Recorrió cientos de kilómetros a lomo de mula, en caravanas que muchas veces superaban las quinientas personas. Más de una vez fueron sorprendidos por fuertes tormentas de nieve.
Casa de Ejercicios Espirituales
Frente a las dificultades del viaje, el gran número de días que los ejercitantes debían abandonar sus casas y para posibilitar una mayor participación, Brochero decidió edificar, dentro del Curato, una Casa de Ejercicios Espirituales.
En 1875, con la ayuda de sus feligreses y de varias expediciones que le permitieron recoger donativos, construyó la Casa de Ejercicios de la entonces Villa del Transito que se inauguró en 1877 con tandas que superaron las 700 personas. Durante su ministerio parroquial, pasaron por esta Casa, más 40.000 personas.
Colegio Tránsito de María
Brochero había comprendido el inmenso beneficio que reportaría para los hogares de la zona, la fundación de un Colegio. Para tal fin, construyó el Colegio Tránsito de María, que fue inaugurado el 3 de febrero de 1880, a cargo de las religiosas Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, con quienes mantuvo una relación muy estrecha en su estancia en Córdoba.
También edificó la residencia de las Hermanas Maestras y otra para sacerdotes.
Obras de ingeniería
Con la finalidad de proveer agua a los vecinos de la Villa, la Casa de los Ejercicios Espirituales, el Colegio de Niñas y la quinta, Brochero construyó en 1882, un canal de irrigación que llevaría agua del río Panaholma a Villa del Tránsito y cuando la topografía del terreno no permitió, levantó un acueducto con piedras, troncos y material cocido en el paraje conocido como “Los Chiflones”.
Ese mismo año concluyó la Iglesia de la localidad vecina Cienaga de Allende y finalizó las construcciones de las acequias de Nono.
Curato del Tránsito
Tras reiteradas solicitudes de Brochero, por la gran extensión del Curato de la Parroquia de San Alberto y la falta de caminos, el Obispo Fray C. Tissera, el 4 de agosto de 1885, accedió a disminuir la extensión del mismo, designándolo al frente del Curato del Tránsito.
En su estancia, predicó el Evangelio asumiendo el lenguaje de sus feligreses para hacerlo comprensible a sus oyentes. Celebró los sacramentos y ofició las misas.
Junto a sus fieles, construyó numerosas parroquias como así también caminos. Entre ellos: el de Altautina en 1880; reconstruyó la Parroquia de Ambul en 1897 e inauguró en 1898 la Iglesia de Panaholma.
En 1890 realizó el tramo del camino Villa Viso- Posta de los Domínguez; 1892 construyó la Cuesta de Altautina entre San Pedro y Ciénaga de Allende y en 1896 el camino desde Panaholma a Villa del Tránsito.
Además solicitó ante las autoridades provinciales y nacionales diferentes necesidades y obtuvo mensajerías, oficinas de correo y estafetas telegráficas. Hasta acompañó al Gobernador Juárez Celman en un viaje de Córdoba a Traslasierras para que conozca la realidad de la zona.
Canónigo en Córdoba
El 12 de agosto de 1898 el Cura Brochero fue designado por el Cabildo Eclesiástico, canónigo. En ese tiempo vivió en la casa de don Benjamín Galíndez y doña Joaquina Cabanillas, ubicada en la Av. 24 de Septiembre esq. Pringles (B° Gral. Paz).
Durante esos años, realizó algunas intervenciones como columnista de varios diarios, difundiendo su mensaje a un auditorio más amplio y diverso. En este lugar redactó reiterados petitorios a las autoridades de turno, vinculadas con las obras que no había podido coronar, como el ferrocarril. Así logró que 1905 se apruebe el Proyecto del Ramal del Ferrocarril entre Soto y Dolores, pero esta obra nunca se ejecutó.
Su nueva ocupación de Canónigo, le permitió asistir espiritual y materialmente a los presos de la penitenciaría de San Martín.
Vuelta a Villa del Tránsito
Los sucesivos párrocos de la Villa no habían ganado afecto de los fieles, por eso el Obispo Fray Reginaldo Toro secundó su anhelo de retornar a Traslasierra, y lo nombró nuevamente al frente del Curato del Tránsito. Renunció a la canonjía el 31 de agosto de 1902 y retornó a sus 62 años.
Cae enfermo
En 1907, renunció al Curato del Tránsito por su delicado estado de salud. En estos años se trasladó nuevamente a su pueblo natal, donde escribió un testamento donde manifestó: “Que mis albaceas me hagan hacer con algún carpintero de esta Villa, un cajón sencillo, para que algo gane con esa obra, y colocado en él mi cadáver sea enterrado en el suelo en cualquier punto de la calle principal de la entrada del cementerio actual”. Permaneció en Villa Santa Rosa hasta 1912.
Muere en Villa del Tránsito
Por solicitud de sus antiguos feligreses, volvió a Villa del Tránsito, donde su hermana lo cuidó hasta el 26 de enero de 1914 que murió ciego y con lepra. Pocos días después de su muerte, un diario católico de Córdoba escribió: “Es sabido que el Cura Brochero contrajo la enfermedad que lo ha llevado a la tumba, porque visitaba y hasta abrazaba a un leproso abandonado por ahí”.
Beatificación
El 14 de septiembre de 2013, el Papa Francisco inscribió a Brochero en la lista de los beatos. La ceremonia se realizó en Villa Cura Brochero, ante la presencia de 150 mil personas.
El proceso comenzó el 18 de abril de 2009 cuando se presentó en Roma la documentación del Tribunal que tuvo a cargo el estudio de un presunto milagro. Como resultado de las plegarias a José Gabriel del Rosario, el niño Nicolás (tras sufrir un accidente de tránsito, con traumatismo de cráneo e importante pérdida de masa encefálica), se salvó y se recuperó a pesar de su diagnostico era de vida vegetativa.El 10 de mayo del 2012, los médicos en la sede de la Congregación de la Causa de los Santos, manifestaron unánimemente que lo presentado superó la ciencia médica. Por esta milagrosa intercesión, el Cura Brochero fue beatificado.
Hacia la Canonización
En septiembre del 2015, el Tribunal Eclesiástico de Roma confirmó un segundo milagro realizado por Brochero. La recuperación de una niña sanjuanina que, después de un infarto masivo en el hemisferio cerebral derecho, logró una recuperación importante, fue considerada otro milagro por una Junta conformada por siete médicos.
El 22 de Enero del 2016 el Papa Francisco aprueba el segundo milagro, aprobando así su canonización. La ceremonia será en Octubre del 2016 en el Vaticano.